7
de Marzo (Luis)
Al parecer malinterpreté la actividad
del diario, por lo que me disculpo formalmente tanto con el papel como con la
tinta gastada. Planeaba describir un poco de mi vida a cada día, pero ahora me
doy cuenta de que malinterpreté la actividad y por tal hoy comienzo a hacerlo
de la forma correcta.
Hoy nuevamente nos hemos reunido con
Clara para el almuerzo, como eres un diario y no tienes idea de que te estoy
hablando, voy a explicarte:
Mi mejor amigo, Alan, fue elegido por el
consejero escolar para ser el guía de una chica de nuevo ingreso cuyo nombre es
Clara, solo que Alan es muy tímido y le cuesta bastante abrirse con las personas
que no conoce (por asuntos de los que yo no hablaré, pues sería una falta de
respeto a su confianza), por lo que pidió mi ayuda para compartir con él la
responsabilidad de hacerla sentir cómoda en su nuevo entorno.
Es una chica algo callada pero muy
educada, es observadora y atenta y si debo ser honesto me parece atractiva, no
obstante, su neutralidad y poca lucidez han comenzado a hacerla un blanco fácil
de pequeñas burlas, puedo decir esto con apenas 3 días compartiendo mesa con
ella.
Existe otro asunto acerca de ella, Alan
no quiso contarme los detalles por cuestiones de confidencialidad, pero tengo
entendido que antes de elegirlo a él como su guía, el consejero escolar le contó
algunas cosas acerca de los motivos que la orillaron a cambiarse de escuela. Si
son cosas que no se pueden hablar a la ligera, no es de extrañar que sean asuntos
ciertamente serios y/o fuertes.
Dejando eso de lado, poco a poco la
chica ha comenzado a soltarse, el primer día que estuve con ella a duras penas
contestaba asintiendo o negando, pero hoy, por ejemplo se dio el lujo de reír
un poco y de comentar sobre el horrible sabor de la sopa de habichuelas de la
cafetería. Supongo que poco a poco sus gesticulaciones irán aumentando hasta el punto en que se muestre
plenamente tal cual es.
Después de comer nos despedimos y cada
uno se fue a su clase correspondiente, Alan insistió en acompañarme hasta mi
aula, sabe que Carlos puede aparecer en cualquier momento y cuando eso pasa no
le gusta dejarme solo. Es un buen amigo, aunque sabe que me disgusta ser
sobreprotegido, sabe que me disgusta aún más ser utilizado como juguete.
A la hora de salida Clara y Alan se
encontraban rodeados por una bolita de chicos y chicas de nuestro mismo curso,
todos reían mientras ellos sostenían la mirada baja, hechos ambos un nudo de
nervios. Como Carlos y algunos de sus amigos estaban con ellos, tuve miedo de
acercarme a ver qué pasaba… ya les preguntaré mañana.
Durante la cena, mamá tocó nuevamente el
tema de las instalaciones de la capital, le he dicho que no me interesaba en lo
absoluto ir. No necesito falsas esperanzas, hace tiempo que me olvidé de ellas.
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